Se aparta a Urdangarin por “conducta poco ejemplar” ¿Y la del Rey?: Averígualo por ti mismo


Tal como se han desarrollado los acontecimientos llevados por la crisis galopante, a la Corona tan sólo le quedaba la ejemplaridad a falta de legitimidad. El asunto Iñaki Urdangarin se la está llevando por delante la razón de ser de la familia real. Demasiada ostentación en momentos de penuria de una parte de la sociedad, y además, el cuento de siempre: parece que los cachorros le han echado mano a la vilipendiada caja del Erario público. Antes de empezar una cuestión previa. No me voy a referir al tema concreto del yerno del rey, suficiente información hay en todas partes sobre este asunto. En este blog, tomo como norma no entrar donde todos entran si no donde creo que ha estado cerrada la puerta de la información al gran público o no ha habido una explicación suficiente, o se ha contado una milonga esplendorosa. Empecemos por ahí, a Urdangarin se le ha apartado de la actividad oficial de la Corona, según Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey, debido a su “conducta poco ejemplar”. Spottorno, para evidenciar y poner énfasis en lo manifestando, es decir como contrapunto, subrayó que “tras 36 años de ejecutoria, nadie pone en entredicho la actuación y el valor del Rey”. Veamos si ha sido así y la actuación del monarca ha sido tan ejemplar.

Ojos que no ven corazón que no siente. Entre los tabús más gloriosos de los medios de comunicación está la figura del rey. Nadie conoce con certeza la razón por la que el monarca español se le pueda considerar “material blindado”. Aunque todo apunta a la comisión de servicios en el extranjero de Telefónica, Repsol, Santander, BBVA, y algunas más al amparo de los intereses nacionales. Mientras el Rey sirva para estos menesteres lo demás no importa. Los asuntos oscuros que afectan a Juan Carlos I no han tenido reflejo en la prensa, toda una legión de cortesanos cuidan entre algodones al monarca. Los medios de comunicación españoles tienen entre sus postulados la defensa a ultranza de la monarquía. Ahora, los grandes medios, aunque parezca lo contrario están aplicando el método más efectivo de apagar grandes incendios: quemar, intencionadamente, una parcela de bosque para obtener tierra quemada de por medio y salvaguardar la mayor zona forestal. Esto es lo que está pasando, no tardarán en sacarle los ojos a Urdangarin como apestado, y acto seguido aparecerán cualificadas voces con la expresa intención de bunquerizar a la sagrada familia. Los Borbones han estado blindados por los dueños de los medios, que ya se sabe quienes son, y le han tapado varios asuntos que afectaban a la Corona. Estos asuntos han pasado al cajón de lo impublicable.

Una sórdida historia que afectó al monarca español ha corrido de boca en boca sin llegar nunca o los medios de comunicación. Se trata del asunto de un ”sablazo” practicado por el que fuera embajador oficioso del monarca, Manuel Prado y Colon de Carvajal –fallecido en 2009- tiene todos los ingredientes de un feo asunto. Manuel Prado, al parecer en el nombre del rey, se dedicó a pedir dinero a diferentes monarquías reinantes. Entre las misivas que remitió, tuvo respuesta del rey de Arabia Saudí que atendió la petición en la variante de otorgar un préstamo al monarca español de 100 millones de dólares. El préstamo que recibió el monarca español era sin intereses, según mandan los cánones islámicos, con devolución pactada en 10 años. Transcurrido este plazo, no fue posible su devolución. Manuel Prado, el gestor de tan significada cuantía había evaporado el dinero, o esto al menos era lo que se dijo. El préstamo saudí se convirtió en un problema real. Para solucionar esta insolvencia provisional, Manuel Prado metió al rey en otro problema de mayor calado.

La ocasión para solventar las problemas económicos originados por la devolución del préstamo del rey de Arabia Saudí, se presentó con otro asunto en el que los ”hermanos” árabes eran protagonistas. La invasión de Kuwaí por el ejército de Sadam Hussein movilizó a los EE.UU. La llamada Guerra del Golfo bautizó su ofensiva con el nombre de Tormenta del Desierto. Para llevarla a cabo, los norteamericanos precisaban de las bases militares españolas. Y es aquí donde el monarca español entra en la escena de los acontecimientos. Javier De la Rosa, en aquellas momentos el hombre de KIO en España, enchufó la manguera de petrodólares kuwaitíes entre influyentes personajes de la vida política española, y según De la Rosa, entre ellas el rey. 15.000 millones de pesetas acabaron en manos del embajador oficioso del monarca. Manuel Prado reconoció tal aportación dineraria, aunque que disentía en la aplicación del pago de la misma. Aseguró que la astronómica cantidad percibida de los árabes vía De la Rosa, era por asesoramiento legal. La fantasiosa respuesta fue asumida por los medios de comunicación como veraz y se presentó el litigio como una  ”trifulca entre financieros”. El rey siempre permaneció a buen recaudo. Así y todo, la fortuna del monarca español, en otros foros, se cuantifica como abundante. Si tu interés por este asunto no ha quedado satisfecho a continuación hay más detalle.

El Rey, la cuarta fortuna del Estado

Todo el mundo sabe lo improbable que resulta hacerse rico dependiendo de un salario. Si la retribución anual es esplendorosa, Hacienda se cuida de reducirla más allá de la mitad, lo que dificulta en grado sumo acceder al Olimpo de los ricos. No obstante, salvada esta premisa, mas improbable resulta acceder a la flor y nata de los ricos, ricos de verdad. Juan Carlos I, Rey de España es la excepción que confirma la regla. Partiendo de la carencia  más absoluta de patrimonio, el monarca ha sido capaz de codearse con los más ricos de España. Oficialmente nadie sabe como el borbón ha llegado ha encaramarse en la cuarta posición entre los más ricos del país. La publicación británica EuroBusiness, citó al monarca como el cuarto hombre más rico de España. La publicación le atribuye una fortuna de 284.000 millones de las antiguas pesetas. Solo están por encima de esta fortuna Emilio Botín –del que tampoco cuadran las cuentas- José María Entrecanales y Rafael del Pino. Quedan por detrás del monarca otros ricos de postín: Esther Koplowirz, Juan March y la Duquesa de Alba. La fortuna que se atribuye al borbón nadie sabe como se ha generado. Lo que si se conoce, es que la familia real en el exilio portugués de Estoril, tuvo que ser sostenida por una legión de monárquicos asumiendo el papel de mecenazgo para cubrir las carencias básicas producidas por la ausencia de patrimonio de una familia de alcurnia sin posibilidades.

La llegada al trono de Juan Carlos I, con una mano delante y la otra detrás, se dejo en manos del diplomático Manuel Prado y Colon de Carbajal, para recomponer la situación de ausencia de patrimonio del monarca. La vista gorda, de todo lo que hacia Manual Prado, llegó al esperpento y a las situaciones mas paradójicas que se puedan dar. Los sablazos a otros monarcas, y los negocios turbios han acabado por empañar la figura del monarca. La propaganda oficial trabaja denodadamente para mostrar una Casa Real idílica. Los escándalos padecidos por la Reina de Inglaterra y su corte, sirven de referencia como la de la otra cara de la moneda. La diferencia solo esta en el tratamiento del asunto monárquico, entre la prensa inglesa y los medios de comunicación españoles. Si la mitad de todo lo que se ha tapado sobre el monarca español, saliera a la luz pública, el reinado de Juan Carlos I tendría los días difíciles. Mientras tanto la monarquía española disfruta de ser un tabú de silencio y complicidad.

Un sablazo monárquico de 10.000 millones

Conforme se fue desarrollando la etapa democrática, los partidos políticos fueron tomando el pulso a la situación. La financiación de estas organizaciones políticas esta legislada y les atribuye una sustanciosa dotación económica para su sostenimiento. No obstante esta financiación regular por vía de los Presupuestos Generales del Estado, las cúpulas de los partidos políticos encontraron la manera de obtener unos ingresos que dicen que sirven para el sostenimiento de la propaganda electoral y la captación del voto. Una mentira que cubre la malsana costumbre, ya a estas alturas enquistada, de encubrir las corruptelas derivadas de “cobros” por operaciones varias. Todos los partidos hacen la vista gorda unos sobre otros. Bajo estas circunstancias de consenso, la monarquía no podía quedar exenta de su parte en el pastel. Todos los partidos políticos del arco parlamentario nacieron sin un duro en la cuenta corriente. Las mismas circunstancias se daban en el monarca reinante. Juan Carlos I, cuando accedió al trono, llegó sin un duro que llevar a la hucha en la Zarzuela. Manuel Prado y Colon de Carvajal, actuaba sin cargo oficial alguno y se adjudicaba el de “embajador” de la Casa Real española.

Desde el mismo momento del oficioso nombramiento de embajador real, Manuel Prado se convirtió en el Cobrador del Frac del monarca. El invento que aporto el oficioso embajador real fue el mailing caritativo. Por escrito, Manuel Prado se dirigió a las monarquías reinantes, sobre todo a la de los ricos países árabes, solicitando ayuda económica para el hermano que ceñía la corona española. El mensaje que el oficioso embajador transmitía aprovechaba la coyuntura del momento. Hacia saber en sus escritos, redactados en francés diplomático, que el monarca español podía tener los días contados en su trono, si no conseguía la financiación adecuada para apoyar al “primer ministro” Adolfo Suarez, que se iba a batir en duelo electoral con los “marxistas” de  una izquierda que denostaba la figura monárquica.

La diplomacia no era la mejor cualidad de Manuel Prado, lo explicito del ruego estaba mas próximo al sablazo de alta alcurnia, que a una situación real por la que el país atravesaba. Una de las misivas, que en forma de carta circular, remitió el oficioso embajador tuvo respuesta del rey de Arabia Saudí. La ocasión se hizo propicia en el momento de que España estaba negociando con los saudís el suministro del petróleo para el consumo nacional. Manuel Prado fue el encargado de las negociaciones para establecer el precio del oro negro de los pozos petrolíferos de la Arabia Saudí. En la negociación, el oficioso embajador solicito una comisión que no fue aceptada por el árabe. Este propuso una solución más acorde con la tradición islámica: el préstamo sin intereses. Dicho y hecho. Esta fue la solución aportada por el rey saudí para solventar los problemas de falta de patrimonio del monarca español. Un préstamo de 100 millones de dólares, que al cambio de la época representaban unos 10.000 millones de pesetas, a devolver en el plazo de diez años.

Hombre rico, hombre pobre. Desde aquel mismo momento Juan Carlos I pasó a ser un hombre rico, tan sólo con colocar los 10.000 millones de pesetas en una cuenta bancaria, con una retribución de capitalización en diez años tenia para si, una fortuna idéntica del capital inicial. Pero el cuento de hadas solo es para los cuentos, la realidad fue otra bien distinta. La fortuna quedo en manos de Manuel Prado y Colon de Carvajal para multiplicarla como los panes y los peces. Pero la habilidad como diplomático corrió paralela con la habilidad como financiero. Antes de que transcurrieran los diez años de plazo para retornar el préstamo de los 10.000 millones de pesetas, poco o nada quedaban de ellos. E1 asunto parecía olvidado por el monarca español, en cambio el saudí lo tenia presente. Cuando cumplió el plazo, el rey de Arabia Saudí requirió en pago a Juan Carlos I, lo de hermano quedaba para los intereses, pero para lo del capital el saudí no pensaba asumir el papel de primo.

El árabe, para dejarlo en familia envió a un sobrino a cobrar la cuenta pendiente. El requerimiento se produjo en verano, mientras los monarcas españoles disfrutaban de sus vacaciones estivales en el palacio de Marivent. La llegada del sobrino del hermano que renunciaba a ser primo convulsionó la estancia regia. La sangre no llegó al río, Juan Carlos I tuvo que solicitar una aplazamiento de pago de los 10.000 millones que en manos de Manuel Prado se habían volatizado. El monarca saudí se avino a prorrogar el retorno del préstamo durante cinco años. Nadie sabe si el monarca árabe llego nunca a recobrar tan significada cantidad, lo que si se sabe es que Manuel Prado, apodado “el manco” ya que le faltaba un brazo, removió cielo y tierra para saldar la deuda contraída con el monarca saudí.

Las palabras de Javier de la Rosa, en otro asunto que a continuación se explica, hacían mención a que “Entre 1989 y 1990 no me dejaba vivir (pidiéndole dinero) con un crédito pendiente de Arabia Saudí”, al referirse a Manuel Prado. Por mucho que a De la Rosa se le achaque de decir mentiras, no todas van a serlo. Igual lo que resulta que es incierto, es que el dinero del préstamo de los árabes se perdiera, y lo que es cierto es que no se lo querían devolver. De alguna parte debe de venir la fortuna que se le atribuye al monarca español. Los rumores van y vienen. El que se le atribuye en época de Felipe González, es la recriminación a Manuel Prado para que “se conforme con el 2% de comisión del petróleo, ya que el 20% es una barbaridad”. Sea un 2 o sea un 20%, cuando el río suena, agua lleva. Pero el episodio de los 10.000 millones del préstamo del monarca saudí, acaban en anécdota cuando encadenado con el pago de esta deuda, se destapó otro asunto con el monarca de por medio y su ilustre embajador. La Guerra del Golfo, conocida por la operación Tormenta del Desierto, desató otra tormenta ruidosa con el monarca en primera línea del frente.

Entre pillos anda el juego: Otros 15.000 millones

El asunto va de tormentas. Una tormenta trae otra, la batalla de todas las batallas que se libro contra Sadam Hussein para expulsarlo del territorio de Kuwait precisó de una gran ofensiva a la que los americanos bautizaron con el nombre de Tormenta del Desierto. Para llevarla felizmente a cabo, era preciso contar con diferentes bases militares donde aprovisionarse para lanzar buques y aviones contra el malvado Hussein. Las bases militares españolas, tanto aéreas como navales, figuraban en el plan de aprovisionamiento de los norteamericanos. Alguien, con el suficiente don de la palabrería, convenció a la familia reinante kuwaití, en el exilio forzoso, que el rey de España tenia la facultad de conceder el uso de las bases militares españolas. Para concienciar al monarca español, ese alguien, que algunos atribuyen a Javier de la Rosa, propuso a los kuwaitíes la conveniencia de una, aportación a fondo perdido de 100 millones de dólares, -parece que esta cantidad les suena bien a los árabes ricos- para que fuera repartida entre los influyentes políticos españoles. Por lo que cuenta Javier de la Rosa, fue él el encargado de enchufar la manguera de los petrodólares kuwaitíes. Algo de cierto debe de haber, cuando el oficioso embajador del monarca español, Manuel Prado y Colon de Carbajal, reconoció ante el juez de la Audiencia Nacional, Miguel Moreiras, el haber recibido tan sustanciosa cantidad que convertida en pesetas del momento, rondaba los 15.000 millones de pesetas. Cuando finalizada la Guerra del Golfo y la dinastía reinante estuvo asentada en el reino de kuwaití, se percataron de que habían sido victimas del timo de la influencia real, cuando se les explico que la facultad de autorizar el uso de las bases, reside en el Gobierno y en el Parlamento español. Fue entonces cuando los kuwaitíes reclamaron el dinero entregado a De la Rosa en vía hacia las altas instancias. La contestación a De la Rosa fue del estilo de Santa Rita, Rita, lo que seda no se quita. Y así de este modo, se inició la tormenta en la que en el ojo del huracán estaba el monarca español.

El asunto, si ya de por si oscuro, se le dio un tratamiento informativo de manicomio. Los medios de comunicación, en su papel de salvapatrias, satanizaron a De la Rosa, y dieron por buena la explicación dada por el embajador real de que los 100 millones de dólares fueron recibidos a cambio de dictámenes y asesoramiento legal. Una explicación que es difícil creer. Lo que parece cierto es que entre pillos anda el juego. Mientras De la Rosa sostenía que el dinero fue pagado a un lobby que presidía Manuel Prado, y repetía que no le dejaba vivir por el dichoso crédito pendiente de Arabia Saudí. Las cantidades no cuadran. De la Rosa habla de 30.000 mi1 millones de pesetas, 1os kuwaitíes de 55.000 millones y Colón de Carbajal de tan sólo 15.000 millones. Entre tanto dislate, 1a prensa comercial pasó de puntillas sobre el asunto que afectaba al monarca español. Desde ninguna instancia de las instituciones del Estado se dio cumplida respuesta a tan delicado asunto. La callada por respuesta a las bravatas de De 1a Rosa fue el pan de cada día. Como máximo, el asumo se llevó a los titulares de ABC como “Trifulca entre financieros”, tanto como decir, que el perímetro por donde se mueve el asunto empieza y acaba en dos financieros peleados. La vinculación de Manuel Prado con el monarca queda para pasar la página de este, y otro asunto ya que De la Rosa sostiene que el ex presidente de gobierno Felipe González cobró por atender debidamente a los aturdidos kuwaitíes 14 millones de dólares. La utilización de las bases militares y de los marineritos españoles les costó un ojo de la cara a los hermanos árabes y a la vez primos de KIO.

Un lío de faldas

Como toda historia que se precie, esta, en la que es protagonista el Rey de España, también tiene su lío de faldas. De no ser así, la historia de la Corona queda coja. La prensa del corazón ha tenido en su Majestad el personaje para decorar sus páginas de papel couche. La familia real ha tenido un tratamiento exquisito. La cara bonita de la Zarzuela y del palacio de Marivent, pontifican a una realeza de cuento de hadas. La prensa comercial ha tenido en la Casa Real uno de sus tabús más gloriosos, solo se habla y escribe bien del Rey, o no se habla. Un episodio que ha corrido de boca en boca, los medios de comunicación lo han llevado al cajón de lo impublicable. La historia, de haberse publicado mostraría una cara oculta del borbón, como juerguista y mujeriego. Para que esto no fuera conocido, una ometa al más puro estilo siciliano se ha extendido por los medios de comunicación. Nadie sabe, sólo se intuye, cuál es la razón para mantener al monarca bunquerizado en un palacio de cristal. La aventura amorosa con la vedette se inició al parecer a finales de los años setenta, y transcurrió placenteramente hasta junio de 1994, según señala Jesús Cacho en su libro El negocio de  la Libertad.

Llegados a este punto, el borbón creyó que el asunto había llegado a su fin, y así se lo comunicó a la estupenda señora. A ella, la ruptura sentimental por vía unilateral le supuso una afrenta. Teniendo en cuenta los derechos adquiridos durante largos años de idilio, la vedette se puso de los nervios y consideró que el asunto no podía quedar así. La señora estupenda estaba convencida que no tenía porqué limitar su tren de vida por la decisión unilateral del monarca, y se dispuso a tomar la solución por la tremenda. Para calentar el ambiente remitía a cobrar a sus acreedores al insigne Luis María Anson, durante aquel tiempo director de ABC y defensor de la monarquía durante lustros. El acreedor de la vedette, con factura y misiva de por medio, aterrorizaba al director del ABC. El mensaje que enviaba la vedette, no se detenía entre facturas por pagar y misivas, sino que hacia correr la voz de que disponía de fotos, y videos de mejor calidad de grabación que el famoso video de Pedrojota –un video tomado a escondidas (con la cámara en el armario) a Pedro J. Ramirez, el director de El Mundo, cuando se lo hacía en la cama vestido con un corsé de color rosa y practicando cosas raras con una señora-.

El asunto parecía escaparse de las manos a los protectores del Rey, y tuvo que intervenir los servicios secretos para con guante blanco apaciguar a la repudiada protagonista de la aventura amorosa del monarca. La solución más práctica fue la de colocar a trabajar a la vedette en un programa de televisión. La solución solo fue un parche. Cuando el programa fue retirado de la programación de la cadena, y la señora estupenda volvió al estado ocioso, vuelta a lo mismo “¿y de lo mío qué?”. El cada vez más delicado asunto se le encomendó a Manuel Prado y Colon de Carvajal, que optó por la solución del pago aplazado mientras el asunto se mantuviera entre las cuatro paredes del chalet de la vedette. Manuel Prado, cada mes acudía al chalet y comprobaba que el material audiovisual se encontraba en la caja fuerte de la señora. Una vez comprobado que el material comprometedor estaba a buen recaudo, dejaba un sobre repleto de billetes con la esfinge del monarca.

Durante dos años la escena de la caja fuerte se fue repitiendo hasta la llegada de José María Aznar a la Moncloa. El presidente se intereso por conocer los gastos reservados y, Oh!, sorpresa!, apareció el lío de faldas del monarca. Aznar dio ordenes de cortar el grifo, y aquí la historia se diversifica, unos dicen que el CESID entro a la brava en el chalet de la vedette y se llevo el comprometedor material de la caja Fuerte. Otros apuntan que la solución fue otra. La vedette, que empezó a olerse la restricción de pagos colocó el material en una agencia extranjera de noticias y reportajes. Fue Fernando Almansa, el anterior Jefe de la Casa Real, quien se cuidó de zanjar el asunto con el pago de 600 millones de pesetas. Al parecer no era sólo un lío de faldas, el material audiovisual no sólo tenía escenas de cama, si no que la locuacidad del monarca se extendía a asuntos de Estado de los que daba detalle, así como de su intervención en el episodio del 23-F nunca aclarada. Como habrás observado no he citado por su nombre a la repudiada por el monarca. He sustituido su identificación por vedette o estupenda señora. No tengo la total seguridad de que su nombre haya figurado en algún medio de comunicación de forma explicita. Como se trata de un asunto, al menos para mí, marginal y no tengo ganas de meterme en más líos dejo al final de este post algo que puede servir de pista. En su momento la señora estaba bárbara.

Bajel que llaman por su fortuna El Fortuna

Una de las pasiones del rey Juan Carlos I es la mar. Una tradición familiar ya fomentada por su padre el Conde de Barcelona. El yate Fortuna fue pasión para el rey a la vez que un problema constante. Cuando el ex presidente de los EE.UU. Bill Clinton y esposa visitaron España, departieron con la familia real española un viaje turístico a bordo del Fortuna por aguas de la Bahía de Palma de Mallorca. El Fortuna no respondió a las expectativas que se esperaban de él, el yate se averió con tan insignes personajes a bordo. Fue desde aquel mismo momento cuando su majestad recitaba, a quien se le pusiera por delante, la perentoria necesidad de encontrar un sustituto al yate real. La iniciativa de promover una recaptación popular para conseguir fondos con el fin de construir un nuevo yate, partió de los empresarios hoteleros de la isla de Mallorca. En las altas instancias del Estado, la iniciativa popular de recaudar fondos con tal destino no pareció entusiasmar a nadie. Tampoco se propuso que esta necesidad perentoria del monarca fuera asumida por la Armada española, al igual que la Marina británica sufraga y sostiene el buque de representación de la reina de Inglaterra. A diferencia con él Britania, el yate de la reina Isabel, el nuevo Fortuna se costeó por las aportaciones de grandes empresas españolas y entidades financieras. No podía ser de otra manera, este es un fiel reflejo de a quien interesa mantener a cuerpo de rey al Rey. No todas estas aportaciones fueron trigo 1impio, ni tampoco se vio la necesidad de financiar la embarcación por una vía tan singular.

Durante el «reinado” de Mario Conde en la presidencia de Banesto, confraternizó con el monarca español, como uno de sus íntimos. La influencia de Mario Conde con el rey es sobradamente conocida, tal es así, que el anterior Jefe de la Casa Real, Fernando Almansa fue promocionado por Conde, en sustitución de Sabino Fernández. Mientras esa relación se mantuvo, Conde fue el banquero personal del monarca. Al menos dos asuntos ligan al borbón con la entidad financiera presidida, en aquel momento, por Conde. Los apuros que paso el monarca para hacer frente al retorno del préstamo del rey de Arabia Saudí, movilizaron todos los resortes. Mario Conde aportó su contribución otorgando un préstamo, al parecer simulado, a Jerez Castillo de los Garciagos, un proyecto urbanístico impulsado por Manuel Prado. El importe del préstamo ascendió a 3.500 millones de pesetas, una contribución más que aceptable para superar el trance del angustioso momento del requerimiento de pago por parte del hermano árabe. Otro asunto, en el que al parecer existe un vínculo entre el monarca y Mario Conde, se centra en el asunto del nuevo yate del rey, El Fortuna. El desmesurado coste de la embarcación llevo a que se recolectaran aportaciones dinerarias para su construcción. Una de las aportaciones parece estar vinculada a los 1.300 millones de pesetas que se debatieron en el juicio Banesto. Este dinero que no acabó de darse cuenta de él, figuró como pagado por la multinacional Air Products como opción de compra de la sociedad participada por Banesto, Asturiana del Zinc, presidida por otro de los íntimos amigos del rey, Francisco Sitges, también sentado en el banquillo de los acusados junto a Mario Conde.

Estos episodios en la vida del monarca no trasmiten ejemplaridad ni nada por el estilo. Han sido los medios de comunicación los que han silenciado los desaguisados del Rey empantanado en millonarios asuntos de dinero. Los medios mostraban, indefectiblemente, un monarca alegre como persona afable y de gustos austeros. La realidad parece ser otra, la fortuna que se le atribuye al Rey de España, que la revista Forbes también confirma, pasa de puntillas por los medios de comunicación españoles. Salvado el parapeto mediático todavía quedan los artículos 56 y 64 de la Constitución Española: “la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”. En otras palabras, Juan Carlos I no puede ser procesado por ningún delito. El asunto Urdangarin es más de lo mismo o dicho de otra forma: de tal palo tal astilla. Ya encontraran, los poderes del Estado, la forma de diluir el asunto.

Algunas pistas sobre la señora estupenda: fue actriz erótica, presentadora de televisión, cantante sin voz, y el circo tiene algo que ver ya que fue domadora de elefantes ..,.. supongo que ya es suficiente.

 

Acerca de ataquealpoder

Periodista y escritor.
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11 respuestas a Se aparta a Urdangarin por “conducta poco ejemplar” ¿Y la del Rey?: Averígualo por ti mismo

  1. il gatopando dijo:

    Un post de lo más interesante. Pone negro sobre blanco muchas cosas que ya sospechábamos y las ordena en un relato coherente y creíble. Al sistema -la monarquía bipartidista- se le están abriendo las costuras y lo que asoma en su interior huele muy, pero que muy mal. ¿Llegará el momento en que los españoles abramos los ojos o preferiremos que nos sigan tratando como a menores de edad?

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  2. peter dijo:

    Colega te has dejado algunos temas: ¿Cómo pagó las bodas de las niñas, de donde sacó la pasta? ¿Tiene algo que ver los planes de pensiones desaparecidos de alguna empresa de fertilizantes del Grupo Cros?

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    • Hola Peter:
      Te escribe Josep manuel Novoa desde Ataquealpoder antetodo muchas gracias por siguir mi blog, además tengo otro agradecimiento traducido en felicitación: tu comentario es el segundo (por unas horas) que recibí. En mi blog mantendré un lugar de preferencia en el recuerdo hacia a tí. ¿Me podrás dar más detalles del asunto de Cros que comentas? Quizás se algo.
      Un saludo.

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  3. tainonaino dijo:

    Gracias por la información y por el valor que demuestras.¿Puedo preguntarte tu opinión sobre el digital Vozpópuli? He empezado a seguirlo y me resulta interesante.Un saludo y gracias por continuar

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  4. carlos lamm dijo:

    ains mare de deu. Que significa, Ains, madre de dios. Llega un momento que me asusto. Y yo pregunto ¿no nos estamos cargando, como es tradicional en España, el Estado después de treinta años de prosperidad? ¿Por qué siempre tenemos que cargarnos lo que funciona?
    Y no es una defensa del rey, que para eso son otros comentarios, sino que estas cosas me asustan por lo que significa de ruptura d elo establecido, por algo nuevo, que nunca se sabe si será mejor…………………….
    un abrazo y un saludo…..

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  5. José dijo:

    Artículo 56 y 64, los que citan con la esperanza de que no se lean:
    56.3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.
    Artículo 64
    1. Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso.
    2. De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.

    ¿Queda claro que los responsables son las personas que los refrenden? Los que no responden son los refrendadores
    Si no están refrendados, salvo 65.2, carecen de validez ¿Se pude deducir que no son actos del Rey y que el autor debería responder? ¿Se debe deducir que como carecen de validez no existen?

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  9. jaime muniesa monzon dijo:

    He leido con interes todo lo escrito y lo apruebo, yo creo que muchisimos ciudadanos si no estan al corriente de los trapicheos reales por lo menos los sospechan. Pero desde mi experiencia, tambien creo esto es predicar en desierto, y en mi opinion sigo creyendo que hay cuerda para rato. Yo resido en Francia y que voy a contar que vosotros no sepais, asi que Salut i força al canut.

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