Quién soy

Josep Manuel Novoa Novoa (Barcelona, 1949).

Para lo que aquí interesa: periodista, escritor y editor. Antes de dedicarme de lleno a esta faceta de mi vida estuve ligado profesionalmente al grupo de empresas de Banca Catalana como Gráficas Industriales, S.A. Fui gerente de Premsa i Publicitat, S.A. la comercial en su día de Premsa Catalana, S.A. editora del diario Avui, y de Fomento dela Prensa S.A., editora de El Correo Catalán, siendo posteriormente gerente y administrador único de ésta última hasta su desaparición en 1985. Ocupé la gerencia en El Día, en Palma de Mallorca, y cargos directivos de otros diarios.

En un paréntesis del mundo de la comunicación ejercí como presidente de la asociación empresarial APROC (Acreedores en Procesos Concursales) una experiencia enriquecedora en el entorno de las quiebras y suspensiones de pagos que con la complicidad del sistema judicial los truhanes eliminan deudas al por mayor. Un grupo de empresarios, cansados de ver como sus deudores se daban a la fuga amparándose en una supuesta quiebra de la que nadie cobraba un duro, me contrataron para que investigara que clase de maldición se cernía en éste agujero negro de la justicia. El misterio consistía en descubrir qué demonios pasaba con los centenares de empresas que se presentaban en suspensión o quiebra, y en las que, a pesar de que en sus cuentas figuraban un sinfín de elementos patrimoniales de indudable valor, muchos acreedores, por no decir todos, no conseguían cobrar una peseta en la liquidación correspondiente. No tardamos en poner manos a la obra para intentar llegar al fondo del enigma. El envite era harto complicado: todo un laberíntico mundillo de letrados, desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca, comisarios, interventores y depositarios de toda laya controlaban a su aire los procedimientos. Tres factores –el corporativismo a ultranza, una ley obsoleta y el desinterés político para acabar con las corruptelas- hacían difícil cualquier propósito esclarecedor. Hasta entonces nadie había ido tan lejos en despejar la incógnita. Lo que descubrí, ayudado por un buen equipo, fue sorprendente: los bancos, fraudulentamente, se lo llevaban todo. No era de extrañar que no quedara ni un céntimo para los demás acreedores. Todo se hacía en una sobredosis de  legalidad, mientras pequeñas empresas se arruinaban los bancos pasaban de puntillas sobre este infortunio, rapiñando con todo, como si nada hubiera acontecido. Fue, para mi estupefacción, el primer indicio de lo dañino que puede llegar a ser para la sociedad los bancos y su mala práctica. Este acontecimiento y el hilo que fui estirando cambio mi forma de pensar y también la orientación de mi vida. Estoy hablando de 1997.

Desde entonces me propuse investigar la práctica bancaria y su intríngulis.  Partía de un punto interesante: tenía la constatación de que los bancos mentían. Voy aclarar este concepto y simplificarlo, el quebrado y sus abogados pactaban, bajo mano, con los bancos para que no tuvieran quebranto, por ejemplo, se formalizaban falsas hipotecas que luego funcionan al margen del procedimiento de quiebra y así daban esquinazo a los demás acreedores que se quedaban sin nada que repartir. Pues bien, estos angelitos abusando de su fachada de alcurnia financiera pasaban por los juzgados arrasando con un ejército de abogados de elevada prosapia y oratoria. Los medios de comunicación, por muy elevada que pueda ser la cuantía de una quiebra, se entretienen en dimes y diretes pero para nada llegan al fondo de la cuestión, donde toda una tropa de acreedores se quedan colgados, y siempre, en cuantías extraordinarias, la Seguridad Social y Hacienda. ¿Y los bancos qué? Pues, los bancos figuran en la lista de perjudicados, pero tan sólo sobre el papel. Fue entonces, desde la asociación APROC que editamos Concursal, una revista mensual con formato de diario, donde poníamos patas arriba la información obtenida desde dentro de los procedimientos judiciales actuando como síndicos elegidos por los acreedores.

Con este bagaje, convencí a otros compañeros de la necesidad de fundar La Banca, también una revista mensual con formato de diario, con el fin de alertar a la ciudadanía que los bancos y sus parientes las cajas no son lo que parece. La reflexión iba por esta senda: si lo que habíamos descubierto, los tejemanejes en los procedimientos concursales, algo tan marginal para el negocio financiero, era de este calado qué no estaría ocurriendo con el conjunto de la actividad bancaria propiamente dicha. Desde luego no íbamos a imitar a la prensa domesticada que pasaba de puntillas con lo que, hace unos años, se intuía y ahora ha eclosionado: la crisis de codicia financiera que se está llevando por delante a la ciudadanía. Aplicados a ello; investigar y publicar asuntos relacionado con los bancos, tal cual y sin condicionantes por polémico que pueda resultar un asunto, fue, por decirlo de la mejor manera, una quijotada. Nunca pensé que se pudiera llegar a la mismísima cocina del Poder, ese atrevimiento, más bien inconsciencia, se paga caro. Casi dejé la vida en el empeño y no es una expresión metafórica. Me atacaron por tierra, mar y aire, no quisiera en esta breve presentación aparecer como víctima, tan sólo dejar constancia que me metí en unos cuantos charcos, que ahora, vistos con la perspectiva de unos años, son el epicentro de lo que ha explotado.

En la barra de este Blog encontraras una entrada “Investiga que algo queda”, si tienes un momento échele un vistazo, comprobaras que naturaleza de asuntos publicamos, titulares de este estilo: Los ordenadores de los bancos están trucados. Aunque te pueda sorprender el agujero de Banesto nunca existió, el titular decía así: El Banco de España fabricó el “agujero” de Banesto. Los 285.000 millones expoliados de fondos públicos al bolsillo de Botín. Hablando de Emilio Botín, en junio de 1999, de esto hace unos cuantos años, el titular de portada decía: El botín de Botín, un billón en paraísos fiscales. Hacienda no controla la mayor fortuna del país. Ahora, en 2011, a punto de prescribir la defraudación fiscal, la Fiscalía Anticorrupción ha llevado a la familia Botín ante los tribunales. La noticia ha sido tratada como secreto de Estado. Los medios de comunicación han mirado para otro lado, los tertulianos se han olvidado del asunto, los políticos no han dicho ni una sola palabra, ni tan siquiera, por lo bajini, en un mitin de campaña electoral y la justicia, tan eficaz y comprensiva con el Poder ya encontrara la manera de que todo se diluya en nada de nada. Se cierran plantas de hospitales, quirófanos y una retahíla de servicios sociales pero los 2.000 millones de euros, según la fiscalía, evadidos a Hacienda por la familia Botín, repito, nada de nada. Por cierto, según mis cálculos son 6.000 millones: lo que dice el titular, un billón de las antiguas pesetas. No acaba aquí la tomadura de pelo a la ciudadanía, ahí va otro titular: Las petroleras no cumplen con el sistema fiscal previsto por ley. Resulta que estos señores encopetados de las petroleras ocultan y camuflan el impuesto sobre carburantes recaudado entre sus propios ingresos. Esta argucia, intencionada, de soslayar la ley pone de manifiesto que no todo el impuesto recaudado llega a las arcas de Hacienda. Para que seguir. A lo dicho, si es de tu interés en “Mis investigaciones” tienes un rato de distracción.

Nunca he perdido el tiempo, siempre he estado haciendo una cosa u otra, pero siempre bajo una constante: la persistencia. Se me recrimina que cuando he alcanzado una meta, me olvido del asunto que me ha llevado y a otra cosa. Mi respuesta, invariablemente, siempre ha sido la misma “por algo existen las metas”. Lo importante es poder cruzarlas, llegar a ellas, poco importa ser el primero. La cosa se complica cuando la meta es una utopía, es como correr por una cinta estática, nunca llegas al sitio. Se necesita una moral a prueba de bomba para que la persistencia no afloje y a pesar de todas las vicisitudes y tribulaciones no tengo otro remedio que ir al paso convencido de que está al alcance de la mano. Tan sólo pretendo, sin ostentación de ningún tipo, difundir aquello que he aprendido, con dedicación exclusiva durante unos cuantos años, y me ha permitido la reflexión sobre lo que nos cuentan y acontece. La difusión de este afán, también lo podría llamar proselitismo, lo tengo que agradecer a los directores de Ardi Belza, Kalegorria y El Triangle que a pesar del sambenito que mis poderosos detractores me colgaron –algo más allá que díscolo- me invitaron a escribir en sus publicaciones artículos comprometedores.

He escrito cinco libros pero es como si hubiera escrito cincuenta. Cada libro lo he tenido que revisar letra por letra, palabra por palabra, línea por línea, con eso quiero decir que me he tenido que asegurar que la investigación periodística no adoleciera ni del más mínimo error o inexactitud para librarme de una querella por injurias y calumnias que me arruinara de por vida o me enviaran a la cárcel por una larga temporada. Por cierto, no he tenido ninguna. Escribir a contracorriente es mal asunto, no tan sólo te tienes que librar del arma arrojadiza del agraviado poderoso, sino además procurar una exactitud impecable y una acumulación de prueba para disuadirlo de recurrir a su instrumento preferido: el estamento judicial, su eficaz primo del Zumosol. A todo eso hay que añadir que su lectura sea fácil y entretenida. Algo así como la cuadratura del círculo. En la barra de este Blog también encontraras una entrada “Mis libros” donde hay un detalle de El Poder, un tocho de más de seiscientas páginas que pone al descubierto, mediante el acopio de abrumadores elementos de juicio, la ruindad moral de ciertas instituciones del Estado. El botín de Botín, permitirme la inmodestia: un libro extraordinario. Editado en 2003, tiene la arrogancia, no sé si la predicción, de poner de manifiesto el batacazo sufrido por las finanzas internacionales en 2007. Todos sabemos que los bancos nos roban, Bancos, Banqueros, Bandidos explica como lo hacen para desvalijarnos con total impunidad. Sigo con la inmodestia: fue un éxito de ventas.  Dos libros más. Jaque al Virrey, fue el primer libro que escribí y el que me dio a conocer como un riguroso y documentado investigador dando a conocer la cara oscura del pujolismo y las relaciones político económicas desarrolladas con el Poder. Las mil caras de Jordi Pujol fue más de lo mismo.

Para ir acabando con esta presentación me queda por decir que al cabo de tres años de funcionar La Banca, a toda máquina, sufrí un aparatoso infarto que me dejo a las puertas del otro mundo. Desde este infortunio mi salud ha ido por un lado y yo por otro. Quien sí falleció en él intento de dar a conocer lo dañino para la sociedad que pueden ser unas instituciones financieras descontroladas en pos del máximo beneficio fue La Banca, nos fuimos sin tan siquiera despedirnos y no quisiera perder la oportunidad de agradecer a los lectores su fidelidad y apoyo. Se vivía, precariamente, de la venta de ejemplares y la suscripción. No se admitía publicidad para no caer en la tentación de condicionar nuestra palabra. Me dolió en el alma tener que cerrar la publicación pero nunca tuve la sensación de fracaso. Más bien, “que no había llegado la hora”. Me explico, por muy apocalíptico que fuera el mensaje de que los bancos y el sistema financiero nos iban a llevar al desastre, si el entorno es de placidez y consumo, y el lobo y los tiburones no se ven por ninguna parte, debe de ser un chalado con pinta de agorero que viene a chafarnos la fiesta. Debe de ser así. Bien, ahora a los lobos y los tiburones ya los tenemos aquí, ya no se trata de predicciones y ocurrencias sino de hechos y evidencias. Mucho más fácil.

Paradojas de la vida. Me he extendido en el episodio de mi vida por las quiebras y suspensiones de pagos y la experiencia que pude sacar de ello con los bancos colocándose a codazos en la lista de acreedores para, ilícitamente y fraudulentamente, dejar al resto de acreedores en la estacada, porque viene a cuento con lo siguiente: Hoy se quiebran países para no quebrar bancos. Este estadio, al que se ha llegado, ya no se trata de un asunto mercantil se trata de un asunto social. Un asunto que afecta, en mayor o menor virulencia, al conjunto de la sociedad y no nos podemos quedar pasivos. A quien más le corresponde tirar del carro es a los jóvenes, con o sin trabajo pero con un arma nuclear como la red social. En mi opinión, nunca una generación se ha tenido que enfrentar a un adversario, por no llamarle enemigo, de esta naturaleza: el Poder despiadado. Pero paradojicamente, nunca sea dispuesto de una mejor preparación para enfrentarse a este fenómeno, pero resulta que esta preparación, en genérico, es necesaria pero no suficiente. Estamos frente a una parodia de democracia, pero también coexiste con una falta de conocimiento específico del mal que se nos lleva por delante: las artimañas de los Dioses Mercado, Dinero, Política y de todos aquellos que nos sermonean con lo que más nos conviene e interesa. Mentiras, y distinguir estas mentiras de la realidad es la única opción posible para disociarse de un rebaño de corderos que entre pastores y perros primorosamente adiestrados los llevan al redil que les interesa: la sumisión, Mi aportación, en este Bloc, como grano de arena o en este clamar en el desierto de una red infinita de voces de internet, será llevarte a la reflexión en un intento de que pronto podrás apreciar la diferencia entre una noticia que camufla su letal virus de llevarte al huerto de aquella que te puede hacer pensar en algo diferente. El momento ha llegado. Para más información de lo que te puedes encontrar en la barra de este Blog puedes localizar la entrada “A cerca de este Blog”

Quien así lo desee puede contactar conmigo: Josep Manuel Novoa Novoa, jmnovoanovoa@hotmail.com

Por último, y para aquellos que todavía no he agotado su paciencia con las tribulaciones de mi vida les reservo un rato más de lectura. El periodista Víctor Saura, que conocía estas tribulaciones, un buen día me espeto “Estoy escribiendo un libro, se trata de relatos de algunos personajes”. Me dio detalles del título: La Cataluña más Oscura, el subtítulo me situó, Retratos de impotencia e impunidad. Recuerdo que le pregunté “¿Se trata de un libro de estrellados?” La respuesta fue dubitativa y al final respondió “Desde luego no se trata de estrellas”. Para focalizar el contenido del libro, me refiero a un párrafo en la contraportada (traduzco del catalán) “El sistema es una trituradora insaciable capaz de arruinar la existencia de quien le desafía o de quien simplemente tiene la desgracia de estar allí donde no debía de estar. Cataluña no es diferente. Este es un libro sobre quijotes y cabezas de turco en nuestra casa, maltratados y deshonrados, personas que un día fueron involuntarios y efímeros personajes de actualidad, que fueron utilizados, fustigados y arrinconados”. No estoy totalmente de acuerdo con esta definición, pero una cosa es como te ves y otra muy distinta es como los demás te ven. Lo dicho, quien tenga tiempo le puede echar un vistazo.

La Cataluña más Oscura Retratos de impotencia e impunidad
Víctor Saura Estepá. Editado por Editorial Base en 2009

Inicio: página 167… (EL TEXTO CONTINUA EN LAS SIGUIENTES PÁGINAS AL PIE DE ESTAS LÍNEAS. PARA AMPLIAR LA IMAGEN CLICAR SOBRE EL ICONO PERMALINK).