Los bancos crean dinero de la nada (1)


Espero que con este post y los dos que faltan puedas estar en disposición de percatarte que lo que nos explican, políticos y medios de comunicación, es una milonga. Empecemos por lo ya descrito en España al borde del abismo. Averigua lo que no te explican donde quedaba acreditado que los bancos y sus primos las cajas de ahorro una vez que agotaron los depósitos de los clientes en su loca carrera por conseguir mayor tamaño se lanzaron frenéticamente a financiarse a través de cédulas hipotecárias que adquirían bancos extranjeros. La codicia de los banqueros desactivo el mecanismo que mantenía vinculado el bono o cédula con un bien real –el inmueble garantía del préstamo- que se sustituyó por la solvencia del banco o caja que emitía el bono. Así, los bonos dejaron de tener respaldo con las hipotecas concedidas. A partir de ese momento los bancos se endeudaron hasta la estratosfera. Podíamos decir que se han pasado tres pueblos, los préstamos hipotecários están a largo plazo y los vencimientos de los bonos a corto plazo con tan solo meses por delante. Una vez que el cuento de la lechera ha llegado a su fin y todas las elucubraciones de lo fantástico que iba a ser un crecimiento sin límites está desparramado en el suelo y para mayor desgracia los males no vienen solos. El sistema de la reserva fraccionaria se ha derrumbado. Vamos a entrar en materia de un asunto paranormal de cómo los bancos crean dinero de la nada. Muy interesante, el tipo que lo implantó se le tiene que reconocer su ingenio.

Como de costumbre trataré de explicar el ingenioso invento de forma y manera muy simplificada y dejaré para el final una reiteración más completa para aquellos que puedan estar más interesados. Empecemos, el sistema de reserva fraccionaria es el que permite a las entidades financieras dedicar a inversiones y préstamos el dinero que sus clientes depositan en sus cuentas corrientes. Hasta aquí nada nuevo, los bancos están obligados únicamente a mantener una fracción de los mismos a modo de reservas mínimas para atender las disposiciones de efectivo de sus depositantes. Esta fracción, simbolizada en porcentaje, es la que se conoce, en el ámbito bancario, como coeficiente de caja, es decir el líquido obligado.En la zona euro el Banco Central Europeo fija la liquidez en el 2%. Empecemos por aclarar el concepto de liquidez: es la mayor o menor facilidad que tiene el tenedor de un título o un activo para transformarlo en dinero en cualquier momento. Pero también es el volumen de dinero que corre por el circuito en un momento determinado. Aquí se inicia el magma del milagro: el encaje bancario es un porcentaje de recursos que deben mantener congelados los intermediarios financieros que reciben captaciones del público, como reservas para cubrir los reintegros de fondos por parte de sus clientes. Estos fondos pueden ser mantenidos en efectivo en sus cajas o en sus cuentas en el Banco Central Europeo. Además de la reserva de orden legal, impuestas por el banco central, también existen las reservas de orden técnico que son parte de los depósitos que la propia entidad decide mantener para su seguridad y liquidez, pero esto es harina de otro costal. Volvamos al encaje bancario.

El porcentaje de encaje bancario no es el mismo para todos los tipos de depósito (cuentas de ahorros, cuentas corrientes, cuentas a plazo, etc.) varía, dependiendo de la mayor o menor liquidez que tenga el depósito. Por ejemplo, es más alto el encaje en las cuentas corrientes que los demás tipos de depósitos, por la disponibilidad inmediata que requieren los bancos para responder a estas cuentas, lo que no ocurre con el dinero que se encuentra invertido en las cuentas de ahorros a plazo. También el banco central puede utilizar el encaje indirectamente para aumentar o disminuir la cantidad de dinero que circula en la economía. Por ejemplo, cuando el encaje sube, las entidades financieras cuentan con menos dinero para prestar, porque deben dejar un porcentaje mayor en sus reservas. Por el contrario, cuando el banco central baja los porcentajes de los encajes, permite que los bancos, tengan más dinero disponible para prestar al público, y por lo tanto la cantidad de dinero en circulación aumenta.

Podríamos decir que el “encaje bancario” es el pan del conocido milagro de los panes y los peces. Conozcamos ahora un pez llamado “efecto multiplicador”. Entre los dos: pan y pez el milagro celestial se empequeñece al llegar a la orbita bancaria. Técnicamente se denomina a la diferencia que se origina entre la base monetaria y la oferta monetaria. El efecto multiplicador se puede explicar por el proceso de creación de dinero dentro del sistema bancario. Este proceso no es más que la capacidad adicional de préstamos que reciben los bancos por los depósitos de los clientes tanto en cuentas corrientes como en plazo fijo. Esta rotación de depósitos de los clientes que se transforman en prestamos a otros clientes se traduce en la generación de un volumen de moneda anotadas en cuenta efectivamente mucho mayor que su valor inicial, produciendo un aumento de la liquidez de la economía, por lo que se le considera como creación de dinero. Vamos a aclarar este asunto.

Atención, en este párrafo está el quid de la cuestión. En la aritmética bancaria dos más dos no suman cuatro, si conviene puede ser cuarenta, diez veces más. Para muestra un botón. La base monetaria, que según el balance contable del banco central, es el efectivo en manos del público y los bancos, más los depósitos de la banca privada, no suma la oferta monetaria que es realmente el dinero que está en el mercado. No importa si esto no queda suficientemente claro, el ejemplo que viene a continuación te lo podrá aclarar mejor: el dinero solito se multiplica. Cada vez que en algún Banco se recibe un nuevo depósito se produce el milagro, el Banco A debe realizar una reserva, del antes citado encaje bancario, que por ejemplo es del 10%, el dinero restante lo presta al público, particulares o empresas. El dinero acaba nuevamente depositado en otro Banco B en el cual se repite el ciclo. De esta manera crean dinero los bancos. De 100, miles, millones de euros o dólares o lo que se quiera, el Banco A inmovilizó en el encaje bancario 10 y el resto 90 lo destinó a ofrecer préstamos. Cuando este nuevo préstamo se depositó en el Banco B repitió la operación, inmovilizó 9 y destinó a prestamos 81. El Banco C más de lo mismo, inmovilizó 8,1 y prestó 72,9, y la rueda sigue.

Conocido el pan y el efecto multiplicador de los peces podemos cuantificar el volumen del milagro. Me imagino que a esta altura ya intuyes como sigue la historia, probablemente no sepas el final: en las diez primeras rotaciones se ha creado un deposito inmovilizado de 65,1 y se han ofrecido préstamos por 651,3. Cuando con más rotaciones se logra crear un depósito inmovilizado de 100 se han otorgado préstamos por un monte total de 1.000. Se cuenta, se dice, que los bancos prestan el dinero que tienen depositado de sus clientes. Debe de ser parcialmente cierto pero cuando la música deje de tocar y la fiesta se acabe, no todos los que estén bailando alrededor de las sillas encontraran acomodo. Hay más bailarines que sillas, tantas como apuntes contables del debo y debe que dinero en circulación en una proporción de 1 a 9, Exactamente igual a los 100 inmovilizados que responden de los 1000 otorgados en préstamos. Pero todavía hay algo más que añadir a este ejemplo de un coeficiente de caja del 10%, es decir, 100 están inmovilizados en liquido para atender las disposiciones que soliciten los clientes, pero la realidad es algo distinta tan sólo se responde, por ley, en liquido del 2% de depósitos. Dicho a la pata llana: 20 de cada 1000.

Conviene puntualizar que para explicarlo de una forma simplificada se ha recurrido a una cadena de la recepción de un préstamo por un cliente y acto seguido lo deposita en otra entidad bancaria. Para el efecto que se trata de explicar es lo mismo. Cuando una empresa o un particular, obtiene un crédito de un banco, el monto del préstamo se registra contablemente y al desembolsarlo el cliente lo utiliza para su consumo e inversión. El dinero que al ser girado va a otro punto del sistema financiero que al depositado en las cuentas de los proveedores: prestadores de servicios y los productores de bienes, depósitos que nuevamente son prestados y realizan el mismo ciclo. El resultado final es el mismo, sin la participación del banco central se ha creado dinero.

Es determinante aclarar que cuando se desata una crisis bancaria es casi imposible de detener. Más todavía, para ser más precisos esta es una crisis de deuda y ha sido provocada por los propios bancos. Cuando todo ha ido bien el sistema fraccionario, comentado en este post, ha servido de vitamina de caballo, pero en estos momentos no es más que una lavativa que actúa a la inversa. Es inevitable que una cosa lleve a la otra y si por desconfianza el público cambia de una manera radical la costumbre con la cual se retira el efectivo de los bancos no hay forma de hacer frente a este problema. Ni tan siquiera es un problema porque no tiene solución. La única forma de lograr hacer frente al milagro de los panes y los peces, pasa a ser la psicología, es decir, actuar sobre el pensamiento de las personas haciéndoles creer que las vacas vuelan y que nunca existió el corralito argentino. El dinero, físicamente no existe. Si algo quita el sueño a los banqueros son las colas de los impositores a las puertas del banco. En contrapartida si algo debe de quitar el sueno a los ahorradores o depositantes de los cuatro duros que tienen para ir tirando es oír cada día al gobierno de turno unas noticias, desde hace más de tres años, que van a piñón fijo de que se debe de pagar la deuda por encima de todo, que se arruine el país antes que se arruinen los bancos. No queda otra cosa, que cada uno actúe con su responsabilidad, al fin y al cabo cada uno es dueño de su dinero. Este post lo podríamos dejar aquí para todos aquellos que circulan con urgencia por la red. Para los que no he agotado su paciencia todavía un poco más.

La purga de Benito

El asunto es delicado y asumo la responsabilidad al difundir que el dinero en el banco peligra. No soy un alarmista ni tengo ninguna pretensión de inquietar a nadie, tan solo aportar una información con datos y números en la mano para evitar males mayores a la ciudadanía, lo demás, el país, las grandes empresas, los bancos, el gobierno y todo un carrusel de instituciones me importan un pito. Espero que quede lo suficientemente claro. No obstante, me acuso, ya que no sé explicarlo de otra manera, de mezclar información, opinión, y un cierto recochineo, pero así y todo no queda alterada la verdad. Al menos lo que yo puedo entender como cierto. Me he acordado, en este momento, del legendario Benito que cuando aún estaba en la farmacia, el purgante que le recetó el médico ya le estaba haciendo efecto a él. Dicho esto, volvamos a los efectos secundarios del sistema de reserva fraccionaria que si bien actúa como potente reconstituyente cuando el dinero circula alegremente también es válido destacar que este proceso se da en sentido inverso, en el caso de retiro de depósitos que no sea compensado por nuevos depósitos. El efecto ya no es multiplicador. Consecuentemente es fácil deducir que si una persona guarda su dinero entre el colchón interrumpe el efecto multiplicador. Es lo mismo que sacarlo del sistema y refugiarlo en un colchón llamado paraíso fiscal, pasa lo mismo cuando las grandes corporaciones y los grandes bancos extraen de su balance contable ingentes cantidades de dinero y sutilmente lo sitúan fuera del alcance de las despistadas autoridades del control monetario.

Es del todo intolerable que la chaladura de los bancos en su alocada carrera por conseguir un tamaño mayor la tenga que pagar la ciudadanía, los errores cometidos al traspasar el sentido común del endeudamiento se suma ahora un incremento de la morosidad y de créditos impagados que conlleva a la vez la restricción del crédito y a una menor circulación del dinero, a todo esto hay que añadir la retirada de fondos de los depositantes. Los fabricantes y vendedores de cajas fuertes no ven aparecer la crisis por su sector, algo debe indicar esta manifestación. La gente cada vez se ha vuelto más precavida y mantienen su dinero fuera del sistema bancario. La reserva fraccionaria crea una distorsión, pues la concesión de préstamos no están soportados por los depósitos de los clientes. Es un suma y sigue de lo explicado en anteriores post donde se constata la expansión artificial del crédito. En definitiva toda esta multiplicación de los depósitos es equivalente a la emisión de billetes de banco sin respaldo, Los depósitos de los clientes son anotaciones en cuenta, números en un ordenador gigante donde lo irrefutable es que tienes domiciliada la nomina y además aportas religiosamente los pagos de la cuota de la hipoteca como otros varios pagos efectuados con la tarjeta de débito, o para extender talones. Tu dinero es de verdad mientras no lo ingreses en el banco donde, por arte de Birlibirloque, se transforma en un apunte,

Tiene que llamar la atención que se manifieste reiteradamente que un banco no se fíe de otro banco y en consecuencia el mercado interbancario este muerto y se obtenga la liquidez a través del Banco Central Europeo como última instancia. Al perecer, y este es un indicio más, no todo marcha bien en los bancos, ya no existe el supuesto día siguiente donde habrá nuevos ingresos de sus clientes en sus cuentas corrientes que contribuyan a restituir la normalidad. Todo se apuesta en la captación de nuevos depósitos ofreciendo altos tipos de interés que así y todo no llegan. El sistema paga las consecuencias de su mala cabeza, Espero haber cumplido la pretensión de explicar como los bancos hacen dinero de la nada, el milagro aparte de ser un fraude, legitimado por el Estado, pero fraude al fin y al cabo. Parece evidente que el sistema de reserva fraccionaria interfiere gravemente en el mercado de dinero y de crédito, siendo una de las principales causas de los ciclos económicos de expansión y depresión, En definitiva, los bancos y cajas actuando dentro del sistema financiero y operando con reserva fraccionaria, pueden multiplicar varias veces los depósitos iniciales de sus clientes. Todo ello partiendo de la nada. Dicho como se tendría que decir, el mangoneo fraccionario equivale a la falsificación de moneda pero sin consecuencias penales por obra y gracia del privilegio que se les ha otorgado a los bancos.

Para acabar sería bueno una reflexión de lo que hoy conocemos como dinero. Del metal oro hemos pasado al papel moneda y de este al apunte contable en el ordenador gigante de un banco. Los economistas sostienen que el dinero, a pesar de ser una cosa con nulo valor intrínseco, algo que carece de valor en si mismo, contiene la promesa de un reintegro, de ser cambiado por otro algo considerado útil o deseable. Es una descomposición de la permuta primitiva donde quien entrega un bien, en vez de recibir otro a cambio, adquiere un poder adquisitivo generalizado que extiende el mercado en el tiempo y, por ello mismo, funciona como depósito de una capacidad potencial. El hombre actúa en un medio social al cual aporta su actividad y su esfuerzo. El dinero es el signo de un crédito contra la sociedad a través del cual el actor social, convertido en acreedor del mercado, puede reclamar el justiprecio de su aportación mediante una contrapartida de mercaderías y servicios mediante la cual la sociedad deudora le compensa o reivindica. De hecho, desde el punto de vista económico, el valor del dinero consiste en la suma de bienes y servicios producidos por una nación, en la relación de la cantidad de dinero ofertado y su velocidad de circulación con la oferta de servicios y cosas susceptibles de ser adquiridas. Para percatarnos del valor del dinero, su velocidad de circulación y los bienes susceptibles de ser adquiridos, nada mejor que una anécdota sobre la fantasía monetaria. Dice así:

La corta historia de un billete de 100 dólares. Un ejecutivo en viaje de negocios llega temprano a un pequeño hotel donde se aloja habitualmente. Junto al libro de registro entrega como depósito un billete de cien dólares. Mientras el huésped se dirige a su habitación, aparece en la recepción un fontanero que pretende cobrar una reparación que había realizado en el edificio. El dueño del hotel se excusa explicándole que le era imposible cancelarle la totalidad de la factura ya que debido al mal tiempo no ha recibido turistas. Sin embargo, pudo darle un anticipo de cien dólares como pago a cuenta, entregándole el billete que no había llegado a depositar en caja y prometiendo pagarle el resto en la siguiente semana. El fontanero, padre de muchos hijos, fue inmediatamente a gastarse los cien dólares en alimentos y útiles escolares. El propietario del establecimiento, que festejaba su aniversario de bodas, le pidió a su ayudante que asumiera momentáneamente el mando del negocio porque estaría ausente media hora. Tomó el billete en sus manos y se dirigió hasta la joyería donde compró un anillo de oro por el valor de cien dólares como regalo para su esposa. El joyero había contenido durante largo tiempo sus deseos de acogerse a los favores de una joven prostituta con gran poder de seducción. El buen hombre como en los últimos tiempos le había ido muy bien en el negocio y ya había adquirido todo el material necesario para los nuevos engastes, pensó que bien podía permitirse tan saludable placer. La mujer de la vida cobro cien dólares por sus servicios, pero en aquel momento entro intempestivamente su novio, un prometedor pintor acosado por la penuria económica propia de su vida bohemia, que pidió prestados cien dólares para afrontar sus deudas. Resulta que el dueño del hotel era un amante del arte y ayudaba a los nuevos artistas suministrándoles habitación y comida durante largas temporadas, cuya cuenta podían cancelar con cuadros o cómodas cuotas fraccionadas. Mas como el joven pintor deseaba amortizar sus deudas, pero necesitaba sus cuadros para una próxima exposición, se traslado al hotel y le entrego a su dueño el billete de cien dólares. Mientras esta historia de vidas coincidentes más que paralelas se desarrollaba tan vertiginosamente, el viajero decidió telefonear a un viejo amigo desde la habitación del hotel. El amigo, entusiasmado por el reencuentro, le reprocho que no hubiese ido directamente a su casa y tomaría como una ofensa si no abandonaba inmediatamente el hotel y ocupaba el cuarto de huéspedes en su casa. El viajero descendió a la recepción y explico al dueño del hotel lo sucedido: “Lo siento mucho, pero no me quedo con la habitación. He recibido una invitación que no puedo rechazar para hospedarme en casa de un amigo”. Como se trataba de un cliente formal y cumplido, el hostelero le dijo sin dilación que no tenia por qué preocuparse y que podía desalojar la habitación sin cargo alguno, devolviéndole el deposito de cien dólares que había recibido, por lo que tomo el billete que acababa de recibir del pintor y se lo entrego al viajero, quien volvió a colocarlo exactamente en el mismo sitio de su billetera de donde había salido apenas algunas horas antes.

Sabemos que la teoría monetaria incluye en sus ecuaciones matemáticas la velocidad de circulación como una variable significativa en la determinación del valor del dinero. Y a pesar de que nuestra anécdota trate precisamente de eso, la vertiginosa velocidad con que el billete regreso a su dueño original, la extrema sencillez de su mensaje, su rudimentaria y elemental imagen de la transacción económica, plantea un interrogante básico: ¿Que es realmente el dinero? Sabemos que es algo cuyo intercambio tiene que ver con la satisfacción de las necesidades y las aspiraciones humanas. Es algo cuya presencia o ausencia tiene efectos tangibles sobre la realidad. Debe de ser así, cuando el fontanero, el del super, el joyero, la prostituta, el pintor y el hotelero saldaron sus cuentas mientras el billete volvía, a la velocidad del rayo, a la cartera de su dueño.

Con este post he cumplido parcialmente mi promesa de una serie de tres imprescindibles, como primer paso, para entender lo que ocurre con el dinero. Ahora quedan pendientes:

(2) ¿Sabes que todo el dinero que circula es deuda?

(3) El sistema económico ha colapsado. Averigua por qué lo prioritario es pagar deuda. 

 

Acerca de ataquealpoder

Periodista y escritor.
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7 respuestas a Los bancos crean dinero de la nada (1)

  1. guerraxxx dijo:

    Muy interesante, espero con ansía el siguiente capítulo

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  2. Fran dijo:

    Ufff Lo siento pero me parece que no tienes ni idea de economía y eso que venía recomendado de la página de Juan Torres.
    Sobre el tema de la deuda, la reserva fraccionaria y demás:
    http://chemazdamundi.wordpress.com/2010/06/20/zeitgeist-addendum-contrastado-ii-resumen-de-las-falacias-economicistas-de-addendum-sus-fuentes-y-sus-conexiones-con-la-ultraderecha/

    El cuento del hotel y el billete, a ver que te parece así: El dueño del hotel y el pintor se deben cien euros cada uno al otro , ( es decir no se se deben nada, lo comido por lo servido) llega un turista le da un anticipo al dueño del hotel de cien euros, este le paga la deuda al pintor, el pintor se la paga al dueño del hotel, el turista se va y se lleva los cien euros¿ Mágico verdad?

    En fin.

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  3. Nomada dijo:

    Vaya comentario… ¡que leccción de economía!. Vas de sobrado ¿eh?, cómo se le puede decir a una persona a las primeras de cambio que no tiene ni idea de economía… con esa claridad tan elocuente que demuestras, en este país sobra la gente como tú, que van de listos o listillos.

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  4. Alberto dijo:

    El profesor Huerta de Soto explica el «pecado original de la banca», crear dinero de la nada, con mayor claridad y dentro de una teoría económica solvente, sin entran en cuentos chinos como la «velocidad de circulación»: http://www.youtube.com/watch?v=X1fR3ZhFDkQ

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  5. Pingback: Los bancos crean dinero de la nada « Maestroviejo's Blog

  6. Pingback: Si hay brotes verdes ¿por qué no hay crédito? | Ataque al poder

  7. Dani dijo:

    De hecho, @fran está en lo correcto.. para un teoría más acertada de como se crea el dinero en una economía capitalista moderna ver teoría del dinero endógeno. El multiplicador monetario es cuento chino

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