Réquiem


La muerte de un luchador. 

luis

Ayer recibí la noticia de la desaparición y muerte, de Luis Chamarro, dirigente de PAH Madrid. Le conocí en las reuniones por Skype que hacíamos a principios de 2017 para la preparación de las jornadas del «Proceso a la Banca Española» que se celebro simultáneamente entre Madrid y Barcelona. Nos vimos una vez en Madrid en una pretendida rueda de prensa que pensábamos dar para publicitar el Proceso; él como representante de PAH Madrid, Salva Torres como representante de 500×20 y yo como portavoz de AHA. Fue un fracaso ya que no apareció ningún medio de comunicación al acto; hecho esperado y que no me sorprendió, puesto que la información y los medios que las trasladan, en este país está tan manipulada, que no puede ir en contra de quien como decía JM Novoa, les mece la cuna. Como no hay mal que por bien no venga, esa infructuosa reunión, me dio la oportunidad de conocer y disfrutar de la compañía de mis dos compañeros y pude comprobar el grado de compromiso social y humano de Luis (y por supuesto de Salva). Comprobé como Luis con su presencia y saber hacer, daba tranquilidad y seguridad a todas aquellas personas que por sus problemas y necesidades, acudían a la PAH y a él, buscando algo de luz al fondo del túnel.

Era un luchador incansable, por lo menos en lo que yo lo conocía. Dedicaba todo su tiempo en denunciar y sacar a la luz todas aquellas situaciones de injusticia que llegaban a sus oídos, mantenía una lucha titánica con Ayuntamientos, Comunidad de Madrid, Partidos Políticos, Medios de Comunicación, etc. Con todo aquello que él supiera que era necesario para sacar adelante la injusticia. Y por supuesto todo este esfuerzo gratuito y titánico pasa factura y lamentablemente al final no es reconocido.

En este país, en esta sociedad que nos toca vivir y que tenemos (que al fin y a la postre, es la que nos merecemos, por muchos y múltiples motivos que ahora no vienen al caso), son muy pocos, poquísimos, los que tiran del carro; los que a costa de salud, tiempo y dinero, se instalan en la vanguardia y reciben todos los golpes, físicos (inclusive) aunque los que mas duelen son los otros, los que producen la intolerancia, la ingratitud, la desconfianza, la maldad, al fin y al cabo.

La inmensa mayoría, que son los tirados por el carro, los afectados, los engañados, las victimas o como decía JM Novoa «el populacho», sin que el termino fuera despectivo; salvo contadas excepciones, se limitan a quedarse en el sofá, esperando que un Luis Chamarro cualquiera, acuda en su ayuda y le solucione «su problema». No sé por qué, nunca lo he llegado a entender, la mayoría entiende que siempre hay algo o alguien, que está en la obligación de sacarle las castañas del fuego. En muchas ocasiones lo comentábamos en esas reuniones de Skype y nunca teníamos la respuesta adecuada. Estamos instalados en el «gratis total» y en el acomodo que da la sensación de que alguien lo solucionará. En fin, es lo que hay y como dice el refrán, «es la cera que arde», no hay otra.

No sé al final luto-indepcual ha sido el motivo de la muerte de Luis, si la enfermedad que últimamente arrastraba o ha sido el tan manido Covid-19; no lo he preguntado, tampoco tiene importancia, lo único importante es que ha desaparecido, como en su momento hizo JM Novoa. Se van de puntillas, procurando no hacer ruido y quien sabe lo que se llevan…

Descansa en paz

 

 

 

Acerca de ataquealpoder

Periodista y escritor.
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